lunes, 3 de febrero de 2014

Desencanto con el adiestramiento y los adiestradores.

Cada vez me preocupa más comprobar que mucha gente queda desengañada tras la consulta a un profesional del adiestramiento o la corrección de conducta canina. Es habitual encontrarse con casos que ya han pasado por varias manos.....o con dueños que aseguran que no les ha servido de nada contratar los servicios de un profesional.

Es verdad....no he realizado ningún estudio y solo es una percepción subjetiva. No obstante, me preocupa porque cada desengaño supone una mala publicidad para todo el gremio....y estamos ante una profesión joven que todavía lucha por consolidarse.....cosa que hará solo en la medida que demuestre su eficacia y utilidad para los propietarios de perros.

Sin entrar en muchas profundidades......se me ocurren varias razones por las que es posible que los resultados obtenidos por los educadores caninos no sean del todo satisfactorios:

  • Súbita superpoblación de profesionales caninos. La crisis ha golpeado con fuerza a muchos sectores económicos, pero ha favorecido a algunos. Este es el caso de la formación.....y en concreto, la formación relacionada con el comportamiento canino ha tenido un auge espectacular en los últimos años (personas sin trabajo buscan salida laboral en un ámbito con proyección y que atrae muchas vocaciones). Sin criticar la formación , que siempre es deseable, hay que decir que los cursos suponen solo el comienzo teórico que puede guiar los primeros pasos en el conocimiento profundo del perro. Si añadimos, además, que este tipo de formación no está regulada en España y que cada empresa privada otorga la titulación que considera, tenemos que personas recién llegadas el mundo canino, en 6 fines de semana consiguen un títulos de "adiestrador profesional", "técnico en corrección de conducta", "psicólogo canino", "especialista canino"...etc.......Resultado: superpoblación de adiestradores con una formación concisa y concreta y sin conocimientos profundos de lo que, realmente, es un perro. 
  • No diferenciar adiestramiento de educación. Ante el creciente número de perros que generan problemas de conducta en la convivencia diaria, surge una nueva necesidad y servicio demandado por los propietarios de un perro: la corrección de conductas inadecuadas. Ante esta situación, el servicio fue asumido, naturalmente, por adiestradores que ejercían su labor en distintas disciplinas caninas (perros de utilidad, perros deportivos....etc). Estos profesionales tenían conocimientos acumulados en torno al aprendizaje de los perros.......sin tener que enfrentar, realmente, problemas cotidianos para un propietario (ansiedad por separación, miedo a otros perros, agresividad canina.....). Ante estos problemas el adiestrador siempre solía dar la misma receta; adiestramiento.....pensando que enseñar ejercicios (sentado, tumbado....) iba a solucionar el problema de conducta (muchas veces dominado por una emoción).........pero resulta que esto no es así casi nunca (el adiestramiento puede ser una ayuda solo en algunos problemas concretos). 
  • Limitación económica y temporal. En muchas correcciones de conducta serían necesaria una formación adecuada de perro y dueño.....y este tipo de formación podría requerir una cantidad de tiempo y recursos (sesiones) que lo hace inviable. Esto puede obligar a medidas de compromiso, que sabemos no serán efectivas a corto plazo, que permitan llegar a resultados en el caso de los dueños más pacientes.......mientras que otros abandonaran el tratamiento antes de que este haya concluido.....
Estas serían algunas de las causas que determinan unos malos resultados en los tratamientos. Sin embargo el dueño de un perro tiene maneras de seleccionar entre el marasmo de información que recibe, que profesional le puede ayudar mejor en la resolución de su problema. La mayoría de mensajes que recibo lo único que preguntan sobre nuestros servicios es: su precio.........y he de suponer que serán personas que están haciendo la pregunta entre todos los profesionales que pueden, para decidir finalmente el adecuado, en función de ese sólo parámetro: el precio. Naturalmente, el mejor precio lo podrá dar la persona que menor desplazamiento tenga, que menos cargas económicas o más necesidades de trabajar tenga.....etc. Nada que ver con la calidad de su trabajo.

Me parece que lo ideal sería tener un primer encuentro con el profesional y poder valorar personalmente si nos satisface su mensaje, filosofía, técnica, comunicación, trasmisión........Si no ofrece una primera entrevista gratuita, podemos hacer algunas preguntas clave que nos indiquen el tipo de trabajo que realizará con nustro perro:

  • ¿cuantas sesiones?: cuidado con los que fijen un número de sesiones sin haber visto el perro. Son tantas las variables que intervienen que resulta imposible predecir a priori. Otra cosa es aventurar un número de sesiones, pero aclarando que se basan en la experiencia con casos similares y sin cerrar el número de sesiones. 
  • ¿que técnica?: Para mi un buen profesional no se cierra o ciñe a una sola técnica......sino que debe conocer muchas y aplicar la más adecuada en función de: el problema, el perro, el dueño. No creo que haya una técnica perfecta o superior a las demás. No obstante, si tienes claro que sólo admitirás un tipo de trabajo con tu perro (por ejemplo: buscas algún especialista en clicker), la pregunta limitará enormemente la búsqueda. 
  • ¿que adiestramiento tienen sus perros?: a mi me parece increible que muchas personas que se dedican a aconsejar o dirigir a otros en el adiestramiento de sus perros, luego resulta que no tienen perro o que no practican con él ninguna especialidad. Para mi cada especialidad aporta conocimientos importantes sobre los perros. Cuantas más especialidades practique el adiestrador más versátil y profundo será su conocimiento. 
  • ¿que formación?. En España todavía no hay titulaciones homologadas. En 2011 se publicaron en el BOE los requisitos que se exigirá cumplir a las personas que quieran ser adiestradores. Preguntar sobre si se cumplen estos requisitos puede ser excesivo.......pero no está de más preguntar por la formación del adiestrador que nos visitará.